Imposible ignorar su arquitectura
Me
propuse no fotografiar los monumentos (casi nunca lo hago) ni los muchos edificios singulares de
Praga. Tantos, que fotografiarlos
hubiera convertido mi estancia en la ciudad en un sinvivir. Pero luego te paras
a tomar un café, miras por la ventana y allí está ella, tan presumida.
Entiendo que cayeras en la tentación, el resultado ha merecido la pena.
ResponderEliminarAparte de reconocer, una vez más, que eres un genio de la cámara, la fachada lo vale.
ResponderEliminarUn abrazo
El culito de ese mini tampoco está nada mal... que monos son los minis, y que harto estoy de ser pobre...
ResponderEliminarEso en Praga es imposible !!!
ResponderEliminarCALAMARIN, culo veo , culo quiero.
ResponderEliminarJAVIER, fíjate qué ingénuo puedo ser.
ABRAZOS
El síndrome de Stendhal está siempre a flor de piel en ciudades como Praga... Acaba siendo un ejercicio agotador...tanto arte, tanto arte.... Besotes.
ResponderEliminarMELVIN, talmente. Buscando información sobre actividades en Viena, leo en un blog: Museo Albertina, bien, ¿quién quiere ver cuadros?
ResponderEliminarYo procuro no pretender verlo todo en mis viajes porque entonces se convierten en una gimkana o, lo que es peor, en un trabajo. Me gusta recrearme en el paseo. Sentarme a mirar.
Un abrazo
no quiero morirme sin pasear por el puente de Carlos de Praga (si hubiera fotos, se puede pedir un post?), pero estoy muy de acuerdo con que no hay placer como sentarse en la terraza de un café, y desde allí observar cómo pasa la vida en esa ciudad.
ResponderEliminarun abrazo.
SENSES, sus deseos son órdenes. Ya tiene el post aunque no haya foto foto.
ResponderEliminarUn abrazo