1 de noviembre de 2016

Cowboys de media tarde

Soy un piernas
Yo de niño quería tener las piernas torcidas como mis primos. Tanto es así que ideé una postura que, al menos en las fotos, hacía que se me vieran las piernas chuecas. Pero no engañaba a nadie.
Aprendí a vivir con esta carencia pero no por eso no he dejado de envidiar a los que parecen haber dejado el caballo atado frente a la gastro cantina.



13 comentarios:

  1. Unos son cowboys y otros somos simples cabareteras. Un abrazo.

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  2. Uy el del jersey gris. Puede tener las piernas torcidas, si quiere.

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  3. Yo nunca entendí esa obsesión por las piernas torcidas... no eres el primero, ni serás el último en decir que le gustaría lucir esta tara física en concreto. ¿Y que pasa con los paticortos, brazicortos o cuellilargos? ¿eh? Todos somos criaturas del Señor.

    Un abrazote de brazilargo

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  4. Tres meses para hacer un comentario y voy a decir lo mismo que La Esti.

    Ejem...

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  5. No son esas lunas, que algunos dicen piernas tunas el mejor apoyo para el caminante ciudadano si bien gozan sus propietarios de ciertas ventajas morfológicas que se ponen de manifiesto cuando se recorren las aceras montando sobre un caballo. Un abrazo.

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  6. VICTOR, a ver, no es un cabaret es un saloon.

    ESTÍBALIZ, estoy contigo: ¡viva el libre albedrío!

    MOISÉS, todos somos sus hijos pero tendrás que reconocer que el Señor ese es muy injusto.

    LOQUE, ya te vale. Culo veo, culo quiero.

    CARLOS, ¿monta mejor el que tiene las piernas torcidas?...En la era de internet no hemos asimilado la tracción mecánica y seguimos mitificando al caballista.

    ABRAZOS PARA TODOS

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  7. Con lo poco que me gusta a mi, no podía imaginar que uno pudiera desearlo.
    Anda que pillar garrosos en foto, no debe ser nada fácil.

    Abrazos!!

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  8. U-TOPÍA, los hay por todas partes. No conocía la palabra "garroso", muchas gracias.
    Un abrazo

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  9. Pues algunos de estos muchachos lo deben pasar fatal con estos pantalones pitillo tan ajustados que se llevan ahora...

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  10. Mejor unas piernas torcidas como los de las fotos que torcidas de verdad. De esas no se habla nunca. Reconozco que yo también he envidiado esas aristocráticas curvas de Sir Alfred con cuadra propia, pero no es lo que más he envidiado. Yo solo quería y quiero caber en la ropa, después ya veremos.

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  11. Pues no sé qué te diga...
    Supongo que son reminiscencias de los machorros de las pelis del Oeste.

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  12. JOAQUINITO, superado el trauma infantil, mantener la talla es también hoy mi cruz.

    LOLA, machorros no, pero ya te entiendo.

    ABRAZOS PARA LOS DOS

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