Paré a tomar un café. Nada como tomar un café caliente mientras ves
gente mojándose y pasando frío a través de la ventana. Todos llevan bolsas, obsevo. Se llevan las bolsas, concluyo.
Primark nos invade. Recuerdo cuando abrió y veía bajar por la cuesta de Montera a riadas de gente con bolsas de Primark. Todavía no he entrado, ¡soy de la resistencia!
Éste variopinto desfile demuestra que el mundo evoluciona, mutan las costumbres, antes durante los días de lluvia, las bolsas eran un recurso para cubrir la permanente. Ahora se imponen esos artilúgios con varilla y telas de variados estampados y el papel anodino y neutro acapara la atención. Vaya usted a saber que demonios llevarán dentro. Un abrazo. Bien chulos te han quedado los reflejos en el suelo.
ESTI, yo caí la semana pasada y eso que tenía muchas ganas porque el numero 32 de la Gran Vía ha estado muy presente en mi vida. Allí, siendo un adolescente, mejoraba mi inglés en la Mangold School y, sin salir del edificio, me pasaba luego por los 40 Principales de la cadena Ser. Allí estuvo Artespaña y la redacción de El Globo para quienes trabajé durante algún tiempo. Con la llegada de Primark, se ha recuperado el atrio central y el lucernario de los antiguos grandes almacenes Madrid Paris ( http://antiguoscafesdemadrid.blogspot.com.es/2015/06/gran-via-grandes-almacenes-madrid-paris.html)para quien fue construido este edificio. Estaba loco por conocerlo pero como a ti, el éxito de Primark me echaban para atrás.
CARLOS, si mutarán las costumbres que hasta la permanente dudo de que exista aunque llegó para quedarse como su nombre indica.
Eres único con las fotos, montones de bolsas (priman las de primark, low cost al límite, el paraiso de las adolescentes) por todos lados mientras la lluvia intenta arruinarlas.
U-TOPÍA, antes de hacer las fotos estuve conociendo Primark y salí muy impresionado por las dimensiones de la tienda, la variedad de los productos, los precios y la dinámica de las compras. De ahí que me fijara en sus bolsas.
5 comentarios:
Primark nos invade. Recuerdo cuando abrió y veía bajar por la cuesta de Montera a riadas de gente con bolsas de Primark. Todavía no he entrado, ¡soy de la resistencia!
Éste variopinto desfile demuestra que el mundo evoluciona, mutan las costumbres, antes durante los días de lluvia, las bolsas eran un recurso para cubrir la permanente. Ahora se imponen esos artilúgios con varilla y telas de variados estampados y el papel anodino y neutro acapara la atención. Vaya usted a saber que demonios llevarán dentro. Un abrazo. Bien chulos te han quedado los reflejos en el suelo.
ESTI, yo caí la semana pasada y eso que tenía muchas ganas porque el numero 32 de la Gran Vía ha estado muy presente en mi vida. Allí, siendo un adolescente, mejoraba mi inglés en la Mangold School y, sin salir del edificio, me pasaba luego por los 40 Principales de la cadena Ser. Allí estuvo Artespaña y la redacción de El Globo para quienes trabajé durante algún tiempo.
Con la llegada de Primark, se ha recuperado el atrio central y el lucernario de los antiguos grandes almacenes Madrid Paris ( http://antiguoscafesdemadrid.blogspot.com.es/2015/06/gran-via-grandes-almacenes-madrid-paris.html)para quien fue construido este edificio.
Estaba loco por conocerlo pero como a ti, el éxito de Primark me echaban para atrás.
CARLOS, si mutarán las costumbres que hasta la permanente dudo de que exista aunque llegó para quedarse como su nombre indica.
ABRAZOS PARA LOS DOS
Eres único con las fotos, montones de bolsas (priman las de primark, low cost al límite, el paraiso de las adolescentes) por todos lados mientras la lluvia intenta arruinarlas.
Abrazos.
U-TOPÍA, antes de hacer las fotos estuve conociendo Primark y salí muy impresionado por las dimensiones de la tienda, la variedad de los productos, los precios y la dinámica de las compras. De ahí que me fijara en sus bolsas.
Un abrazo y gracias.
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