El pasajero sin móvil
Haberlos haylos pero se aburren. Están rodeados de gente que
está muy lejos de allí navegando por otras redes que no son las del metro. Les
ignoran.
Dicen que no hay nada tan descorazonador como sentir el vacio
de la multitud.
5 comentarios:
Sueño con el día en que nos encontremos en el metro y me hagas una foto. Soy una mina: bostezo exageradamente, llevo libros (¡y no son electrónicos!) y cuando me aburro mucho miro a la gente fijamente y elijo (mentalmente, eso sí) al guapo y la guapa del vagón.
Magnífica microhistoria la que has compuesto con ese tremendo aburrimiento de un joven sin móvil.
Un abrazo.
Es patéticamente real. Huy si no llevas uno de esos teléfonoc que hacende todo estas al borde de la marginalidad scial. Yo mismo ys hr tenido problemas con el asunto. Sin embargo, mi capacidad de aprendizaje electrónico ha llegado a tope. Además me gusta vivir. No mirar pantallitas.
Homus incomunicatus adherido a la barra del vagón requiere urgentemente bote de disovente para cambiar de postura. Ya le gustaría poder enviar ese washapp o twitearlo aunque fuera, porque nadie escucha sus gritos. Entre la necesidad y la exigencia el "chisme" es casi de uso obligatorio. Un abrazo.
ESTI, un día te encontraré y, como no me conoces en persona, te inmortalizaré irremediablemente. Y te descubrirás en mi entrada mas popular de todos los tiempos.
U-TOPÍA, muchas gracias. Con buenos modelos todo es muy facil.
JOAQUINITO, estoy contigo. Es una pena no aprovechar el material humano del metro para montarte tu propia historia, elegir miss vagón como Esti, o sencillamente asistir al sainete de turno. De ligar ni hablamos.
CARLOS, tu comentario es la especie de historia que me gusta imaginar cuando voy solo en el metro. De hecho si llego a caer que está pegado a la barra mi entrada hubiera sido muy diferente.
ABRAZOS PARA TODOS
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