¿Sabes por qué a los
españoles se nos dan mal los idiomas?
Porque no tenemos malicia.
Somos gente sana que lo que escribe lo dice tal cual, con todas sus letras. No
ponemos una cosa y decimos otra. No escribimos au si queremos decir oi, como
los alemanes, ni ponemos oi si queremos decir ua, como los franceses.
Luego está el portugués,
que tu lo lees y se entiende todo pero ellos lo embrollan al hablar para que no
lo pilles. Y no lo digo yo: en Rio me enseñaron que los brasileños hablan
portugués como si tuvieran una patata en la boca y los portugueses como si
tuvieran dos.
Qué decir de los ingleses,
que pronuncian cada palabra como les sale del bigbén. Un buen acento inglés es
el que consigue pronunciar cualquier vocal sin que nunca puedas decir con
exactitud cual de ellas es.
Nosotros, tan directos, no
estamos acostumbrados a las medias tintas y nos cuesta entender estas maniobras
de distracción de otros idiomas. Si tenemos una f, ¿para qué poner ph?.
Habrá quien diga que nos
faltan matices. No te digo yo que no, pero eso no es necesariamente malo.
Gracias a eso, por
ejemplo, se ve claramente que nuestros políticos dicen exactamente lo que tienen
escrito en el guión. Palabra por palabra.
Otra cosa es lo que
piensan. Los que piensan.
6 comentarios:
Para compensar la falta de malicia de la pronunciación tenemos los subjuntivos, las conjugaciones y el acento gallego cerrado. Venga, guiris, aprended español en un pueblo de Galicia, a ver qué tal.
ESTI, no des ideas. Conocí un crío en Londres que, hablaba el español de sus padres, emigrantes españoles de un pequeño pueblo. Era muy curioso escuchar a un niño muy al día, viviendo donde vivía, pero que en español, hablaba como una vieja de pueblo.
Puê yo beo muxa bariedá en lâ formâ de ablâh y de êccribîh. No çé, aquí abaho te bâ ar pueblo de ar lao y ya ay matiçê. Çupongo que paça en tôh çitiô un poco. Por mi parte yo prefiero lo de lô cartelê, y êh que çe me a antohao eçe bocata de pançeta u otro cuarquiera.
VIRTO, la una con los gallegos, el otro con los andaluces... Vale, lo admito, en algunos sitios si que teneis mas malicia.¡Ohú!
Jajaja, les vamos a mandar a todos a Euskadi para que aprendan a pedir bocatas en el europeo más puro. Un abrazo.
CARLOS, cuánta idiosincracia, madre del amor hermoso. Solo me falta un comentarista que mencione la fabla.
Un abrazo
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