Begoña es de una familia acomodada. Y es roja de libro.
De jóven, clandestinamente, militó en todo lo militable e hizo
su master de cortar caña un verano en Cuba.
Profesional de prestigio, ocupó algún cargo de importancia en
el gobierno de Felipe Gonzalez.
Tiene un marido de curriculum sorprendentemente similar al suyo
y dos hijos:
Un okupa internacional (okupa en londres y Berlín) y un okupa
interno que ya con 35 años sigue instalado en el hogar paterno ante la
imposibilidad de pagarse un piso con sus colaboraciones solidarias en oenegés.
Solo dejó el domicilio familiar durante 15 días de mayo en que se sintió
indignado.
Begoña y su marido estan decepcionados.