Una
advocación como otra cualquiera
En
estos días salen a la calle mogollón de cristos. Que si el Cristo de esto que
si el de lo otro… A la que te descuidas te topas con un cristo encaramado a un
palanquín lleno de velones.
Yo no
hago mucho caso de estos cristos de temporada. A mi se me aparecen todo el año,
que no soy ningún dominguero del cristianismo. Y si no, mira: