Una entrada gay*
Entre mis mas recientes
fotos de carteles, descubro el metro de Chamberí. Mi barrio debió ser en otro
tiempo territorio castizo a juzgar por el número de chotis en que se le
menciona. Hoy es un barrio
bastante burgués y nada pinturero. Cuando mi padre venía a visitarme decía que
aquí solo había perros y monjas.
La verdad es que lo
que llaman ahora Chamberí es tan grande que no tiene una personalidad definida.
El barrio japonés de Madrid, proclamaba un diario la semana pasada en
referencia a la concentración de restaurantes japoneses que se da aquí.
Ese lugar lleno de mercerías, lo definió un día una amiga mía,
sugiriendo que es un lugar pasado de moda y aburrido. Claro que ella vive en
Chueca. Lo que ella no sabe que en Chamberí tenemos una estación de metro
fantasma donde los trenes no paran y que a juzgar por esta foto tiene un
ambiente bárbaro.
*Me he dado cuenta
que entre las etiquetas de este blog no existe gay. ¡Qué cosas! Será que no me gustan las etiquetas.