El
primer bar que encuentras
A
veces las necesidades mas básicas y perentorias te llevan a adentrarte en el
primer bar que sale a tu paso. Si, ese que te hace cerrar los ojos al abrir la
puerta de Caballeros. Resultado: no
te das cuenta de que no hay papel higiénico. Bien, ya es tarde ¿y ahora, qué?
Aquí
hay distintas reacciones en las que no voy a entrar para no herir
sensibilidades que, en diferido, somos todos muy finos.
Tan
pronto como tu cabecita atribulada aparece por el hueco de la escalera que sube
del sótano, el dueño del bar, acariciando el cuchillo jamonero, te indica con
su mirada inquisidora el camino de la barra no te vayas a perder hacia la
salida y te hace la gran pregunta:¿Qué va
a ser?
Que sea lo que dios quiera, te dices al ver el aspecto que
tiene todo.