¿Tu de qué vas?

El traje regional

Siempre he huido de los que se visten de tiroleses o con faralaes a no ser que vayan a bailar algo. Y es que los de los trajes regionales sin causa suelen ser muy talibanes de lo suyo.

Otra cosa es que llegue el Carnaval y una de Cadiz se disfrace de tirolés. Ole tu gracia.
Yo de madrileño no me disfrazo ni muerto. He ido de trampero de Nevada, de asturiana y de taiwanés. Puros disfraces para ocultar mi falta de valor para realizarme como Lady Godiva en el Baile del Carnaval del Círculo deBellas Artes.

Antes

Ese lugar

Ultimamente utilizo mucho el término hoy. Lo hago para no caer en el antes que me pone años encima.

Pero como tengo confianza contigo, te diré que lo de antes viene a mi mente con frecuencia.
Lo peor es que antes lo usaba para demostrar como habían mejorado las cosas y hoy lo hago para ilustrar su deterioro.
Como dijo Simone, la nostalgia ya no es lo que era.

Cosas de las que nunca se habla

La corona

Y no me refiero a nuestros monarcas que ya protagonizan en la tele programas de cotilleo y otras corrupciones. Me refiero a la corona ambientador para el coche.
Este bonito complemento es prácticamente desconocido en nuestro país pero en otras latitudes está a la altura del ambientador en forma de pino o el perrito que mueve la cabeza.La descubrí hace muchos años en un taxi de Nueva York (supe luego que había inspirado un famoso best seller de John Bourbon)  y la semana pasada volví a encontrarme con ella en el cine. La vi en el coche de Black, el de Moonlight. Qué buena peli.

 

De todo corazón

Como puta por rastrojo

Me pregunto si esta expresión se considera machista. Si es así, pido disculpas pero no he encontrado ninguna otra que exprese mejor como voy últimamente.

Total, que, con motivo de San Valentin, tenía yo la intención de deleitarte con una selección de los mejores corazones de mi archivo y no ha habido manera.

Tampoco es que los rastrojos inviten al romanticismo así que desisto. Pero aquí tienes mi corazón.

Paisaje para una novela 88

Exposición Hitchcock

Carles vivía en una mala novela negra llena de sospechosos. Tipos equívocos que se le aparecían tras cada esquina. En su mirada, la obstinada determinación de complicarle la vida.

(Presumptes sospitosos. Persita Puig)*

*Título y autor ficticios