La
experiencia es un rollo
Los
humanos siendo todos diferentes nos parecemos mucho. Con el tiempo aprendes a
clasificar a las personas por tipos físicos que corresponden a un tipo
determinado de personalidad. Te presentan a alguien y te dices: doña perfecta, una
víctima, otro auténtico...
Hasta
en Japón, pasados unos días, yo podía reconocer en el metro a la japonesa que
correspondía al arquetipo de mi prima Lola o al de Cristiano Ronaldo. Esto
puede ser entretenido hasta que llegas a tu estación pero, en general, te lo digo: no mola.
Te
pierdes la sorpresa, el proceso de descubrir al otro, la ilusión cuando lo
idealizas… A veces la experiencia es una rémora, un rollo.