¡Aleluya!
Salgo de mi encierro y
paseo por el barrio como un turista. Qué bonitas las calles en Otoño. Los bares
han puesto terrazas ocupando plazas de aparcamiento. Sus sombrillas dan a
ChamberÍ un aire playero. Claro que algunos ya han sustituido las sombrillas
por una estructura mas sólida capaz de soportar las dos plantas que van a
levantar en cuanto no mire el guardia. Han cerrado algunos negocios y también
descubro alguno nuevo. Y de repente, al fondo, ante mi, una imagen mil veces
soñada: están desmantelando el capirote de las torres de Colón.
No se que nueva tropelía
permitirán cometer a los constructores pero merecerá la pena a cambio de librar
a la ciudad de la vergüenza de tan ridículo capirote.
Hacía tiempo que no
escribía nada en este blog porque para dar malas noticias ya está Tele5. Esta
es buena: Dios aprieta pero no ahoga.