Splendide Hotel
Budapest
El Palacio de Cristal
del Retiro se ha convertido por un tiempo en el Splendide Hotel por obra y
gracia de Dominique González-Foerster
Cualquier pretexto
es bueno para visitar el Retiro en Primavera. Así que anduve por allí imaginándome
no en el Splendide que nunca conocí, sino en el Gran Hotel Budapest que
recientemente me maravilló en el cine.
El arte como
necesidad.
La exposición del Palacio de Velazquez no me interesaba especialmente. Alfonso Albacete un poco,
pero la verdad es que entré por necesidad. Después, no pude
resistirme y tomé estas fotos.
6 comentarios:
La escultura a veces presente y en ocasiones ausente, supongo que por necesidades del servicio, resulta un adecuado reflejo del aburrimiento laboral. Una estupenda vista. Y supongo que una tranquila visita.
Es cierto que el Palacio de Cristal tiene un encanto decadente muy especial. Cada vez que voy al Retiro procuro pasar a verlo, aunque sólo sea un momento (como para saludar, pequeñas manías que tengo). Y el Palacio de Velázquez (mucho más feo) tiene en general exposiciones malas. Está mal aprovechado. Creo que nunca he salido diciendo cuánto me ha gustado lo que he visto...
Un saludo
Una artística retrospectiva del paso del tiempo... No sólo por la decadencia... También por las ausencias, el ir y venir de algún que otro curioso o despistado... A mi me invita a perderme... Besotes.
CARLOS, una visita relajante y becesaria y una ocasión inesperada de fotografiar el aburrimiento.
MOISÉS, el Palacio de Cristal tiene encanto y por eso suele recibir montajes que se adaptan a su espacio y que a penas lo modifican. En cuanto al de Velázquez, que es feo pero con un interior magnífico para exponer cualquier cosa es cierto que se aprovecha mal. Como es parte del Reina Sofía (los 2 palacios lo son) las cosas mejores las guardan para la casa madre, supongo.
MELVIN, cualquier pretexto es bueno para perderse un poco.
ABRAZOS PARA TODOS
A menudo la carencia de interés genera nuevas expectativas o perspectivas.
JAVIER, hay que moverse eso está claro, el motivo es lo de menos. Donde menos te lo esperas, salta la liebre.
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