La semana pasada volé a Hamburgo y, como viene siendo habitual
en las ciudades que visito, me montaron una maratón. Yo se lo agradezco igual
pero correr no corro. Eso si, hago dos o tres millones de fotos y me pongo tan
contento como si lo hubiera ganado. ¿Quién lo ganó? No se, pero seguro que era
negro.
Todo fue muy festivo aunque te confieso que cuando supe de la
carrera, por un momento, me alarmé: salir corriendo y Alemania juntos me
transportaron al telediario del que andaba huyendo.
5 comentarios:
Es un gran recibimiento, no cabe duda, pero contento, lo que aquí decimos contento, sólo veo al rubito sin número. ¿Y las chicas no corren o es que allí no tienen prisa? Un abrazo.
CARLOS, lo normal es que tengan carita de sufrir pero lo disfrutan, ya lo creo que lo disfrutan.
Yo soy muy pro paridad pero es que las chicas que corren son muchas menos y no he sido muy afortunado al retratarlas. En Instagram he puesto alguna (ver enlace).
Un abrazo
Nunca he entendido ni las maratones ni los que se van por la ciudad corriendo por deporte, sin tener ninguna necesidad. Yo corro si llego tarde, si se me va el cercanías, si me cierran una tienda... pero correr así porque sí, pues mira, no.
ESTI como tu pensamos muchos, razón por la cual ya no se corre porque si. Se corre por el Cancer se corre por Solidaridad con personal en apuros, por ser la virgen de la paloma... Llámalo Running marketing aunque seguro que nos lo venden como corunning.
Que guapetones...
Pues confieso que me he distraído con las fotos porque me ha pillado la misma neura.
Abrazos.
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