Una gran mujer.
Yo tuve un gorro de lana de
cada una de mis abuelas. La una era una virtuosa del punto y se lució: como me
veía venir, me hizo uno con pompón que yo movía grácilmente pacá y pallá camino
del cole.
La otra aprendió a hacer
punto a los 70 años, justo cuando empezaba a aburrirse. Yo fui solo una de las
innumerables víctimas de las creaciones en lana con las que inundó a toda la
familia. ¡Qué viene la abuela! Y
corríamos a ponernos su gorro para salvaguardar la armonía familiar.
Un día sin embargo me
pilló, a traición, jugando en la calle sin el gorro. Argumenté, en defensa de
mi herencia, lo peligroso que era en ese barrio llevar algo con los colores del
Barça. Me hizo uno en rayas rojas y blancas que podía divisarse desde la nave
Soyuz que por entonces se estrenaba en el espacio.
-Para que no te pierdas.
Otra que me conocía.
10 comentarios:
Jajaja, Las abuelas son unos entes capaces de sembrar el terror entre la descendencia. Si bueno, algunos que ni se enteran las consideran dulces y tiernas. ¡Que se lo digan al lobo!
De mi viaje a Nueva Zelanda me he traído un gorro de merino y possum. Es que no tengo abuela.
CARLOS finalmente mi abuela tejedora tardía se pulió la inmensa fortuna familiar pero heredé las muchísimas anécdotas que protagonizó que valen un Potosí.
DEME, yo no me compré gorro en Nueva Zelanda pero me hice una sesión fotográfica en una tienda con todos los gorros que encontré. Las tenía ahí guardadas por si algún día me decidía a ser famoso mundialmente pero en esto llegaron los animalistas y ya ¡cualquiera las publica! ...
ABRAZOS PARA LOS DOS
Uno, quiero saberlo todo de la abuela tejedora y manirrota. Los gorros con pompón, como los petos vaqueros, son una cosa que más allá de los 10 años ya no quedan bien, esto es así.
Las abuelas son así, pero la segunda te conocía bien, jajaja.
La foto es una maravilla, me encanta.
Abrazos!!
U-TOPIA, muchas gracias. Mi abuela era un poco bruja, si.
Un abrazo
Yo desde siempre llevo todo tipo de gorros, gorras, sombreros etc. Incluso usé uno mexicano y otro típico de los campesinos chinos, si el clásico cono abierto de paja (el mío tenía los colores del arco iris ¡que cosas!) vamos que vergüenza no tengo. Lo que si tengo es una cabeza de tal calibre que los gorros de lana por mucho que me los encaje siempre acaban escapando hacia arriba, no dan tanto de sí mucho tiempo y como no tuve abuelas nunca me hicieron uno a medida pero ni cuento las pintas que llevo con los gorros encima de la cabeza que no puestos a los cinco minutos de llevarlos.
Un placer leerte siempre
JOAQUINITO, te comprendo muy bien. Yo con los gorros de lana no tengo problemas pero con los sombreros sufro porque me gustan muchísimo pero para que me entren tengo que comprar tallas enormes. El problema es que tengo la gabeza gorda pero la cara delgada y esos sombrerazos parecen desproporcionados para mi cara. Apuro mucho las tallas para no llevar sombreros demasiado grandes. El resultado es una amplia coleccion de sombreros que no me pongo porque me entran con dificultad e incluso me hacen daño. No consigo llevarlos puestos mas de diez minutos. Pero sigo intentándolo una y otra vez. Y mi colección crece pero mi cabeza no disminuye.
Un gusto saludarte.
Ay, las abuelas xD
IKANA, qué gran invento la abuela!
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