Operación Super
09:00 h. Rompo mi
confinamiento y bajo al garaje a ver si arranca el coche. No lo cojo a penas y,
suele ocurrir, que el día que voy a sacarlo se ha descargado la batería. Hoy no
puede fallar. Es una cuestión de supervivencia. Esta tarde tengo cita en el
parking del super para recoger un pedido que hice hace una semana (si, una
semana).
14:00 h. Salgo del garaje
rumbo a mi objetivo. Jeans negros ajustados, jersey de cuello vuelto negro,
guantes y mascarilla. Parezco un ladrón profesional de película de los 60.
Llevo conmigo la clave que me permitirá pasar los controles policiales que se
interponen entre mi casa y el cargamento.All clear. A penas dos o tres transeúntes y un par de coches. Los conductores tienen un aspecto tan sospechoso como el mío pero es a mi a quien paran en el control. Allí pronuncio la contraseña que me abrirá el camino: click&car.
Entro al parking donde me han citado. Junto a la barrera, un coche. Están tomando la temperatura al conductor con uno de esos termómetros que proyectan un rayo de luz en la frente.
-¡Por fin! Si lo viene diciendo la OMS: test, test, test.
Ni test ni tast:
- ¿Viene a trabajar?
- No, vengo a recoger.
- ¡Tire p´alante!
Me paro donde me indican y un señor con escafandra me pregunta mi nombre. Inmediatamente me traen la mercancía.
- Abra el maletero, por favor. Y yo, super profesional, abro el capó.
Con lo bien que iba todo, convierto una de 007 en una del Superagente 86.
Firmo un papel donde me doy por enterado de que están agotados los pepinillos en vinagre.
7 comentarios:
Jo, te perdiste la fascinante aventura de ir mirando latas y botes y leer los ingredientes y saber dónde se fabrican.
DEME, de niño siempre quise ser reponedor de supermercado. Aún hoy soy un gran aficionado a la observacion del Product Placement. No creas que no sufro con esta asepsia.
Tan frío y aséptico, parece habitas en una película de serie B.
Al menos te merecías protagonizar una persecución policial o derrotar al alienígena para conseguir el kit de supervivencia.
Los pepinillos en vinagre son la imprescindible defensa para salir adelante.
Creo que hasta la imaginación vive confinada.
Ayer en el ALDI me confundieron con el amigo indio del jinete enmascarado, si aquél que era tan obediente.
Un abrazo.
CARLOS, ¿con el amigo del Llanero Solitario? No se si sabes que en la versión original el indio se llamaba Tonto. ¿O querías decir que te tomaron por tonto? El ALDI tiene mas peligro que un indio detrás de un arbusto.
Un abrazo
Gracias Uno, ya sospechaba que tras el papel de partenaire se ocultaban pérfidas intenciones. Que decepción, la próxima compra en Mercadona. Y sin dar ni los buenos días.
¿Los pepinillos en vinagre o las cabezas nucleares? ¡Já, já!
IKANA, pepinillos, pepinillos. Ya para entonces me habían perdido el respeto.
Publicar un comentario