18 de diciembre de 2014

El taxista


Ese ser humano
El taxistas madrileño esa especie implacable que impone su música, su estación de radio y sus conversaciones personales por el manos libres. Ese ser que exhibe su incomprensible ideología con la misma desfachatez que la funda de ganchillo, nos ha sorprendido con un gesto humano sin precedentes: ha bajado el precio de los trayectos interurbanos. ¿Será el espíritu de la Navidad o es que estamos volviéndonos todos locos?

10 comentarios:

Lola Mariné dijo...

Si bajan por un lado seguro que suben por otro.
No te fies!

Esti dijo...

¡Voy a romper una lanza a favor de los taxistas!
A mí siempre me han dado yuyu: por su manía de poner Cadena Dial o Intereconomía; por correr por la M-30 como si fuera Cheste; porque no conciben el silencio en un trayecto de 10 minutos de nada...
Hasta que me equivoqué de estación y fui a Atocha en vez de a Chamartín. Quedaban como 20 minutos para la salida del tren y un taxista/héroe me llevó a toda leche y no perdí mi tren. Ahora para mí son un gremio tan respetable como los bomberos. Que ya es decir.

Santy Trombone dijo...

Cual es el motivo de la bajada de precio...? Pues qué ya muy pocos se pueden permitir subir a un taxi. España es un país de posguerra con mucha hambre y miseria. El poco dinero que maneja la gente es solo para el IPhone 6.

Florestán dijo...

Lo volverán a subir...seguro.
Veo que igual que en Barcelona, los de Madrid,también tienen los mismos gustos, musicales,radiófonicos.....o políticos....
Yo evito cualquier tipo de conversación con ellos.....solo hablo les hablo del tiempo......malas experiencias...

Un Beso del Florestán

Uno dijo...

LOLA, mujer de poca fe. ¿Dónde está tu espíritu navideño?

ESTI, no se cual es la peor de las agresiones físicas y mentales a la que me ha sometido el gremio del taxi: ¿Perseguirme por Moncloa para clavarme un destornillador?
¿Recitarme el código de la circulación en verso?
No quiero abundar porque observo una mínima pero indudable mejora en los taxistas y no soy recoroso.
Ahora, no me los compares con los bomberos que como llegue a sus oidos, son capaces de hacer calendario en pelotas y eso si que no.

CALAMARIN, tu rieté pero el otro día una gitana rumana hizo un alto en poner la mano y sacó de la faldriquera uno que si no era el 6 era el 5.


FLORESTÁN, Antes yo no subía a ningún taxi sin mi periódico que abría como una muralla entre el conductor y yo con la esperanza de que no me hablara. Pero ya aprendí que a la mayoría les daba igual y me soltaban su rollo, ya fuera "le vendo una biblia" o "qué hijoputa el alcalde" inmisericordes.



ABRAZOS PARA TODOS

carlos dijo...

¡Y a mi que me dan pena! Todo el día tragando humo para ganar cuatro pesetas. Un abrazo.

Uno dijo...

CARLOS, Ya, pero es que tu eres bueno por naturaleza. A mi para que alguien me de pena primero tiene que dejar de darme miedo.
Un abrazo

Ronronia Adramelek dijo...

Ya sabes que tengo debilidad por los taxistas y que los de Zaragoza y Madrid son mis predilectos.

Esa capacidad para compartir contigo sus ideas políticas gritando para que les oigas a pesar de que llevan la COPE a todo gas, es impagable.

Y es que no entendemos que para ellos no somos el cliente ni estamos pagando un servicio, sino que nos dejan entrar a su castillo, donde son reyes y señores, y encima no demostramos gratitud.

Hay muchas gloriosas excecpciones, desde luego, pero a peso... ufff a peso. Quizás se arreglaría todo si en la cola de los taxis pudieras elegir el que más te gusta en lugar de tenerte que conformar con el primero de la fila, aunque esté guarrísimo y sea agosto y no tenga puesto el aire acondicionada.

Ronronia Adramelek dijo...

Acondicionado, perdón.

Uno dijo...

RONRONIA, compañera de fatigas, puedes imaginar que fuiste mi inspiración para esta entrada. Entre las honrosas excepciones: subo con un cliente americano de los USA a un taxi y el muy ingénuo se dirige al taxista en inglés. Me disponía a traducir la dirección cuando para mi sorpresa inician una conversación muy fluida. El taxista resulta ser el autor de un libro (creo recordar que para niños) sobre la Campana de la Libertad y la Independencia americana de la que, en ese momento, se celebraba no se qué aniversario. El conductor incluso había sido invitado a participar en algún importante acto
por este motivo. El cliente estaba muy impresionado del nivelazo de nuestros taxistas y yo no quise decepcionarle.