Mostrando entradas con la etiqueta Australia. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Australia. Mostrar todas las entradas

3 de mayo de 2012

Paisaje para una novela 22














Nueva Zelanda. Isla del Sur
Se acerca un automóvil. Parece un viejo Holden de los 40 y se dirige a la playa. Juraría que al volante va la señora Kidman. ¡Dios! Jefe, ordéneme que la detenga.

(Abon beach. Russel Gibson)*

*Título y autor ficticios.


Quizá te interesen otros paisajes 

20 de mayo de 2010

Pasen y vean

Este circo en que vivimos es un auténtico espectáculo.
Disfrútalo pero ándate con ojo.
Hay encantadores de serpientes que te hipnotizan y pueden hacer contigo perrerías. También hay mucho payaso y mas de un domador que se arruga en cuanto ruges.

Equilibristas que te tendrán siempre en la cuerda floja y escapistas escurridizos que se atan y se desatan con una facilidad desconcertante. Ya puestos, uno los prefiere al hombre bala que es terminar el acto y salir disparado.
Con todo, los peores son los magos, siempre con una mariliendres al lado riéndoles las gracias. Con ellos al principio llega la magia, la ilusión...Hasta que te caga la paloma. Ahora estoy, ahora no estoy y, a la que te descuidas, cambian el número y te parten en dos.
Para terminar, lo mejor: el trapecio. El trapecista tiene un físico espectacular, deja a los demás al ras del suelo, vuela. Cada noche echa el resto, repitiendo el triple salto mortal y, en cada pirueta, te deja sin aliento.
Cuando acabe su numero mejor te vas. Si te quedas un rato mas, le verás quitarse la capa y, en zapatillas, volver junto a su mujer. Hoy, los trapecistas trabajan con red.

A Theodore, malabarista del verbo.




12 de febrero de 2010

Up in the air 2

De crío descubrí que era el único niño de mi calle que podía volar. Solo necesitaba que soplara un poco de viento para arrancar. También volé con mi bicicleta mucho antes que ET. Luego lo dejé. Y un día, muchos años mas tarde, en Sidney, me dio por volar.




3 de septiembre de 2009

La vieja

Esta señora no es una anciana. Tampoco es una señora mayor. No es una chica de oro ni una mujer de edad avanzada. Esta señora no está en la tercera edad. Esta señora es lo que conocemos como una vieja. Esta foto de una vieja no tendría mayor interés si estuviera tomada, por ejemplo, en Sotillo de la Adrada. Pero la tomé en Melbourne. ¡Qué pequeño es el mundo!