29 de mayo de 2020

Confinado. Día79.


Oh là, là, la normalité!
Una vez estuve invitado en uno de los grandes hoteles de La Croisette aunque, si no conoces Cannes, el nombre del hotel te lo situaría en la categoría hostal con baño en el pasillo.
El Hotel Martínez, como otros grandes hoteles de la ciudad, tiene su playa privada. La han dividido en pequeños corralitos separados entre si por una pequeña vallita de tablas. En cada cubículo resultante, el espacio justo para dos hamacas y una minúscula mesita que las separa. Un pasillito de tablas a ti te permite acceder a la playa y a los camareros acercarte el champagne. Si, hay servicio de camareros y de toallas. Las del hotel no sirven, estas de la playa se pagan aparte junto con el alquiler del corralito, el champagne y las ostras. Ser huésped del hotel solo te permite poder acceder a este lugar privilegiado.
Como te digo, yo estaba invitado y eso incluía todos mis gastos pero no duré en esa playa ni diez minutos Qué angustia estar encerrado en tu parcelita junto a otros afortunados encerrados en las suyas sin poder moverte. Salí pitando en busca de otra playa menos privada donde poder practicar la Fraternité.
Esto viene a colación de la Nueva Normalidad y los planes que veo en la tele de parcelar las playas e incluso panelar el espacio que ocupa cada cual.
Yo ahí no voy ni regalao.



25 de mayo de 2020

Confinado. Día 74.


Vuelve el hombre
Hoy en Madrid entramos en la Fase 1. Supongo que debería hacerme ilusión, pero no. Y es que he vuelto a perder la confianza en el ser humano. Como te lo digo. La recuperé en los días mas duros de la pandemia cuando nos sobrepusimos al horror vislumbrando un mañana de mujeres y hombres reflexivos y solidarios. Por un momento volví a creer en el prójimo como en mi mismo.
Hoy se da el pistoletazo de salida de la Fase 1 y mucho me temo que van a salir a la calle como el batallón suicida, a pecho descubierto como el novio de la muerte. Pa chula yo. Y mañana lloraré.
El sábado se llenaron las calles de gente que agitaba banderas desde sus 4x4 y héroes de comic con capa roja y gualda al viento sobre sus mototas como un anuncio de lo que se nos viene encima.
La letra no entra con sangre. Vuelve el hombre. Para eso no hay vacuna.



17 de mayo de 2020

Confinado. Día 66

Aquí Estocolmo
No se si es la falta de nuevas noticias. O de buenas noticias. Quizá ambas cosas, pero lo cierto es que la tele no para de hablar de lo que podremos hacer cuando estemos en la Fase 2 o incluso cuando estemos desfasados del todo. Eso cuando, como en Madrid, estamos en Fase 0,5.
La verdad es que crea confusión y la gente cree que ya puede ir a la piscina o celebrar bodorrios de hasta 100 personas.
-No, hija no. Eso es en la Gomera.
Y yo me pregunto, ¿de verdad van a encontrar 100 personas que se arriesguen a que los novios vayan sin máscarilla? O lo que es peor ¿a que les hagan una coreografía?
Yo no creas que tengo prisa. Ni de casarme ni de lo demás. Síndrome de Estocolmo creo que se llama. 

15 de mayo de 2020

Confinado. Día 64.


San Isidro Fase 0
El castizo enmascarado se dispone a celebrar las fiestas del pueblo. En la caja de La Mallorquina, sin duda, lleva rosquillas del santo. Como sabrás las hay tontas, listas y de Santa Clara. Bueno ahora se han inventado otras pero no pienso ni mencionarlas que mira lo que ha pasado por hablar del prusés. Seguro que aquí el madrileño lleva un surtidito de las clásicas.
Desgraciadamente, en Fase 0, mi radio de acción no llega hasta la Mallorquina. Pero una cosa te digo, aunque sea las compro en la panadería del barrio que con este panorama a saber cuando vuelvo a comerme una rosca.



11 de mayo de 2020

Confinado. Día 60.


Apuntes
Incredulidad. Susto. Miedo a estar contagiado. Alivio por no tener síntomas. Noticias, memes, videos y mensajes contradictorios. Los amigos bien. Los rankings. Peor está Italia. ¿Ha dicho de Madrid al cielo?. Repugnancia. Malos ratos. Peor lo pasa Ray Donovan. La OMS. Aplausos, risas, wasaps que te tronchas. Demasiados wasaps. Sin alcohol. Por fin lejía pero no gel hidroalcohólico. No hay mascarillas. Se rompe el frigo. Aprendo a hacer multiconferencias. Se rompe el extractor de humos. La tele tose. Ni me he operado de cataratas ni me cambié de gafas. Peor está Kominsky. Un amigo con síntomas. Ya hay mascarillas. Desescalada. Todos a la calle. Comentarios que dan miedo. Inconsciencia. Corte a tazón. Las cejas del doctor Simón. ¿Te acuerdas de cuando había domingos?



8 de mayo de 2020

Confinado. Día 57.


Mi primer paseo.
Creo que es muy necesario que salgamos de esto cuanto antes. Los hombres, con mascara, son un peligro. A no ser que sean japoneses.
Un hombre que lleva mascara tarde o temprano asaltará un banco. Como mínimo.
El anonimato no es buen consejero. La impunidad del enmascarado es demasiado tentadora.
Vuelvo a casa, turbado. ¿Qué intenciones ocultan tras sus máscaras?
Yo, sin ir mas lejos, al ver que no me reconocía nadie en mi paseo he empezado a tramar terribles tropelías. De bancos no. De las otras.

5 de mayo de 2020

Confinado. Día 54


Mejorando lo presente
Yo no noto que el confinamiento me haya hecho mejor persona. Esta mañana sin ir mas lejos podría haber matado a un tipo que meaba en un alcorque junto a mi portal cuando, enmascarado, me disponía a ir a la compra. Porque, esa es otra: que las calles estén vacías propicia el aumento de la delincuencia.
Se exagera con las bondades de este encierro. La soledad y el tiempo para uno mismo no lleva necesariamente a una reflexión que nos haga mas sabios. Puede generar malas ideas, atracos… Es como cuando de chavales nos llevaban de ejercicios espirituales. En esos retiros, créeme, solo se ejercitaba la imaginación para la fechoría y el onanismo. Que no digo yo que sea malo pero espiritual, no es.
Mejorar, mejorar, quizá he mejorado en la cocina. Y es que nunca había cocinado tanto. Desde que descubrí que en el bar de la vuelta hacían la tortilla de patata de lujo, no había vuelto a probar la mía. Ayer me salió una excelente. Bueno, vale, si, soy mejor cocinero. Pero estoy engordando.