Puesta de sol en la
costa de Portugal
El mar puede ser
cruel. Puede incluso matarte. Y puede también mostrar una naturaleza generosa y
regalarte momentos inolvidables.
A Manoel esos
momentos siempre le pillaban en la cama del grumete.
(Marinero sin
luces. Chico Do Carmo)*
*Título y autor
ficticios.
12 comentarios:
Manoel nunca echó de menos esos momentos. Murió abrazado a lo que más quería: la juventud.
Bien por Manoel... seguro que estaba cansado del espectáculo de la puesta de sol.
Besos!!
Forever Alberti !!!!!!!!!!
¿Y al grumete?
Es que una partida de streep-poker en el camarote siempre tira mucho, si luego encima te tiras al grumete...la jugada sale redonda y la puesta de sol o la marejada ya no parecen tan relevantes ¿o si? Besote.
Las puestas de sol no son lo mío, prefiero los amaneceres... y que me canten aquello de, si amanece y ves...
Muy bonita la foto.
Se ve tan pequeño el barquito ante la inmensidad del océano...
Saludos!
ARGAX, ¿tu también la has leido?
LAURA, el sexo puede con todo.
SUSAN, no sabía que el grumete era italiano.
JOAQUINITO, el grumete era insaciable.
MELVIN, se ve que has navegado lo tuyo
CALAMARIN, no puedo imaginar un amanecer mas horrible que despertarme con a la Jurado gritándome a la oreja "amame otra bvez, amame otra vez".
LOLA, muchas gracias.
ABRAZOS PARA TODOS
Obviamente descubriendo nuevos horizontes.
si me viene la muerte que me pille en la cama del grumete. ¡anda que no!
Hay otros mundos, pero están en este -en el ombligo del grumete, tan grandioso como ese horizonte en esplendor-.
JAVIER, SENSES, JUSTO, me han gustado mucho vuestros comentarios. Dan sentido a la novela.
Gracias. Un abrazote.
Publicar un comentario