16 de marzo de 2018

Salamanca



La belleza me confunde
Yo, es visitar una catedral o un gran monasterio y volver a la fe. También ayuda que allí donde se levantan estas monumentales construcciones se come bastante bien.
Por si fuera poco en estas pequeñas ciudades, que es donde mas se dan estas dos circunstancias, el comercio participa activamente en la celebración de lo religioso y así, no hay salida: todo te lleva a Dios.
De ahí que cuando me regalo una visita a los santos lugares procuro que sea corta, no vaya a engancharme. O sea que todo bien. Aquí en Madrid. A salvo.





5 comentarios:

Esti dijo...

No vayas a León. Repito: no vayas a León. Cecina, mucho bar de tapeo y tremenda catedral. De allí saldrás ordenado.

Uno dijo...

ESTI, gracias por el queo que viaja uno con la mejor intención y se ve inmerso en un sinvivir de dudas existenciales. ¡Y con cecina! que eso si que engancha.

carlos dijo...

El cocido maragato es un buen aperitivo y la pluma de ibérico a la plancha hace buen segundo, pero decir que Salamanca es pequeña ciudad, con esa plaza que es original de La Mayor de la capital. Ya es correr un riesgo coronario innecesario. Ni alabar bollos preñaos, ni hornazo, ni farinato te salvan el alma. Un abrazo.
¿Salamanca quién te mantiene? El carbonerito cargado que va y viene.

El Deme dijo...

Maravilloso lugar, geniales fotos.

Uno dijo...

DEME, muchas gracias en nombre de Salamanca y en el mio propio.