3 de noviembre de 2019

La noche se acabó


Convicciones yo no tengo.
O no muchas. Pero eso a la gente no le hace gracia. Por eso digo cosas.
Nosotros somos de sacarina… A mi donde esté Alcaudete…. Eso es lo que se espera de uno. Así que alguna vez debí decir que yo no soy de ir a fiestas. Lo mismo pude haber dicho que me pone Puigdemont pero no. Dije lo de las fiestas.
El resultado es que se ha corrido la voz y ya nadie me invita a ningún sarao.
Dice mi amiga Rebe que son paranoias mías, que no me invitan porque ya ni animo ni adorno.
Ya le dije: tu si que eres vieja.



4 comentarios:

Ikana dijo...

Vieja jajaja... Las fiestas no son tan divertidas como antes

El Deme dijo...

Las fiestas solo tienen sentido si tienes buena conversación con alguien, por lo que la música tiene que estar baja, no sé si es el caso.

carlos dijo...

Un filósofo dijo que, con creencias y convicciones se construye la cárcel del alma. Supongo que a él tampoco le invitaban porque acaparaba la atención. La envidia que es muy mala. Un abrazo.
Esa foto tiene alma de exposición.

Uno dijo...

IKANA, odio decirlo pero... nada es lo que era.

DEME, esencial la conversacion. Recuerdo a una chica argentina huyendo de una fiesta porque "aquí los hombres solo me hablan de matemáticas" (supongo que era una metáfora porque la mayoría eran químicos)

CARLOS, gracias.
Seguro que es eso: no quieren que les haga sombra.

ABRAZOS PARA TODOS