5 de agosto de 2015

SOS Azulejos


Lisboa
No solo roban los alcaldes, las folklóricas, Bárcenas y Pujol. Roban los futbolistas, los sindicalistas y las infantas. En Portugal no tienen infantas pero tienen turistas que también roban lo suyo. Lo suyo son los azulejos de las fachadas de Lisboa, también objeto de deseo de portugueses sin escrúpulos. Entre unos y otros están dejando Lisboa sin alicatar.
Y lo dejo aquí porque creo que me he planteado mal esta entrada. Hubiera sido más fácil enumerar a los que no roban.
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7 comentarios:

Joaquinitopez dijo...

Pues aparte de que hace falta ser salvajes como somos, parece ser que en todas partes cuecen habas. Como decía el tango: que a nadie importa si naciste honrao. Snif tanguista.

Moisés dijo...

Panda de rateros, de azulejos y de otras cosas.... Los azulejos de Portugal son impresionantes y cargárselos es un crimen. Qué cortos de miras romper una fuente de ingresos como la del turismo por vender azulejos por poco dinero. ¡Qué asco de pícaros! Suerte a los de SOS Azulejo.

Un abrazo.

Santy Trombone dijo...

Ladrones por todos lados y de todo tipo de cosas... En la comunidad valenciana sabemos bien de que va el tema. En mi ciudad, hace unos días a una anciana le han dado una paliza para quitarle 40 euros. El futuro era esto...? Mejor no pensarlo.

Uno dijo...

JOAQUINITO, cuando aparece una noticia de alguna barbaridad que ocurre en Portugal me cuesta creerlo siendo como son, al menos en las formas, gente educada y respetuosa. Feijoadas hay en todas partes si.

MOISÉS, el que roba no mira nada. Si son capaces de poner en peligro a los viajeros de un tren por robar cable, no te digo en qué lugar colocan el patrimonio de un pais. Todo se ha vuelto brutal, extremo, salvaje.

CAL, ese video del ataque de dos adolescentes a una señora en un portal de Barcelona me dejó impresionado. Supongo que en estos momentos estarán descojonándose mientras prestan servicios a la comunidad.

ABRAZOS PARA TODOS

Luna Llena dijo...

Siempre digo, recordando a Foucault (no lo digo por erudición sino por no apropiarme de lo que no es mío, que también se roban ideas), que el poder (y la corrupción y el apropiarse de lo ajeno) no es descendente —imagen tradicional—, el poder es ascendente: no es que lo infiltre todo desde arriba y se vaya irradiando y penetrando en todo los sitios, controlándolo todo. El poder se genera y brota desde todos los ámbitos de lo social porque le es inmanente.

Cuando lo digo, siempre me miran mal... bueno, no sienta bien pensar que todos/as (o casi) participamos de estos males cada uno a la escala que puede, queda mejor mirar siempre a otros/as. ¿Te imaginas qué haría el que roba azulejos si tuviera una tarjeta opaca o fuera concejal de urbanismo?

¿Pesimista? Me da que sí. Viviendo en Cataluña el pesimismo se acentúa.

Un fuerte abrazo (y perdona la extensión).

carlos dijo...

Una pena que esto del patrimonio cultural sea de todos y algunos en particular lo sientan como propio y hagan negocio con el. También es verdad, que ílusos y panolis llevamos sobre los hombros los restos hitóricos de dos imperios y a lo mejor no caminamos, como los demás, por exceso de peso. Un abrazo.

Uno dijo...

LUNA, nada de disculpas, siempre es un placer disfrutar de tu acerbo. Estoy muy de acuerdo con lo que dices. La corrupción de los de arriba es un reflejo de la mentalidad general al respecto. Ahora eso si, somos únicos desgarrándonos las vestiduras.
En otros paises quizá mas corruptos pero menos cínicos como Argentina, el discurso de la sociedad lo evidencia clarísimamente.

CARLOS, me haces dudar: no se si lo que no nos deja caminar es el peso del imperio o los azulejos que llevamos en los bolsillos.

ABRAZOS PARA LOS DOS