9 de marzo de 2016

Ucrania

Tan lejos y tan cerca.
Un lugar de Madrid de cuyo nombre no quiero acordarme. Un lugar donde uno no llegaría mas que por amor o en busca de una pieza de repuesto. Al salir del metro me pareció haber llegado a otra ciudad. Pon tu Kiev.  
Solo las cumbres nevadas del Guadarrama, allá a lo lejos, lograron que volviera a situarme. ¿O eran los Cárpatos?
 
 
Explorando la poliédrica alma eslava.
El café era el espejo del alma del barrio. El espejo era el alma del café del barrio. El alma del barrio era el espejo del café. Y yo me pedí un café y un boli para aprovechar tanta inspiración.
- La leche no muy caliente por favor.
- ¿Que quema?, soplas, me respondió el camarero. Ucrania es así.


6 comentarios:

Esti dijo...

Mi experiencia con la Europa del este se reduce a unas azafatas rusas muy bordes en un vuelo Tokyo-Moscú (es que yo he estado en Japón, que no sé si lo sabíais). Las señoras se paseaban por el avión preguntando que si para comer querías beef or chicken, siempre con cara de mala ostia. También había por ahí un azafato con el pelo cortado a lo Yuri Gagarin y cara de sentirse tremendamente desgraciado. Todo muy soviético y muy "si quema, pues sopla".

loquemeahorro dijo...

Cómo se las gastan los camareros del bloque del Este!

Cerca de mi casa hay una iglesia ortodoxa rusa (espera ¿es griega?) Ejem, no lo sé, en todo caso me gustaría verla por dentro, pero los carteles que hay no invitan mucho a entrar, la verdad sea dicha.

carlos dijo...

Y tan límpio, Ukraína le decimos a ese país. ¿será por marcar diferencias? Ese cielo con la sierra al alcance de la mano, la ausencia de gambas decapitadas y servilletas en el suelo, bien merecen que se haga el esfuerzo de refrigerar la taza a besos. ¡¡Y a lo mejor hasta estaba bueno el café!! Aquí no se va el norte y seguimos sobreviviendo a un bajo cero perenne. Asi que viva el café bien caliente para tomarlo con las dos manos. Un abrazo.

Uno dijo...

ESTI, la cara de mala leche, siendo eslava, es muy española. Son reminiscencias de las dictaduras. Enhorabuena por conocer Japón (no se si te lo había dicho ya)

LOQUE, en mi barrio, los rumanos han colonizado una vieja iglesia católica para su culto hasta que les hagan esa gran catedral ortodoxa en el extraradio. Como no caben, que son muy de ir a misa, tienen pantallas en la calle y yo a veces me pongo un abrigo de la posguerra para infiltrarme entre ellos y cotillear los ritos. Decirte que son muy de velas y del cante.

CARLOS, estos bares de Ucrania son muy de poner el café en vaso (rituales eslavos y eso). Al carecer de asa, no puedes tocarlo hasta que se enfría. De ahí mi advertencia. Abrígate.


ABRAZOS PARA TODOS

Moisés dijo...

Madrid es tan grande que llega hasta Kiev. Siempre me encantó esa chorrada de salir en una estación de metro que nunca había pisado y ver que había alrededor, como muñecas rusas de diferente paisaje, dentro una de otra. El bareto con espejo se quedó anclado en los 80, pero en lo 80 soviéticos.

Un abrazo.

Uno dijo...

MOISÉS, me encanta hacer excursiones por el Madrid que no conozco. Es la forma mas barata de ver mundo. Y hasta de viajar en el tiempo como el bareto ochentero que comentas.

Un abrazo