31 de marzo de 2020

Confinado. Dia 19.



La arruga es bella.
No siempre he sido un magnate con asistenta. Cuando empecé a vivir solo, fuera de casa, era joven y pobre, naturalmente. Y no tenía asistenta.
Fue entonces cuando desarrollé mi extraordinario método antiarrugas de tender la ropa. Gracias a mi método y a la aparición de los modernos tejidos de fibra nunca tuve que aprender a planchar.

Cuando el Tergal pasó de moda, tuve la suerte de que la arruga se consideró bella. Dejó de serlo y, para mas inri, yo me había ido refinando en lo textil. Afortunadamente para entonces ya el sueldo me daba para que todas las semanas alguien planchara por mi.

Así llegamos al día de hoy en que ni hay Tergal, ni tengo asistenta, ni se planchar.
Menos mal que tampoco tengo vida social.



6 comentarios:

Ikana dijo...

Bueno, siempre puedes aprovechar para buscar un tutorial y aprender xD

Uno dijo...

IKANA, imagina un atardecer rojo encendido, el perfil de un viejo roble en contraluz y la silueta de un hombre que levanta una plancha al cielo y jura ante Dios que no volverá a usar una plancha.
Es un viejo trauma largo de contar ;)

Esti dijo...

Yo necesito un mínimo de tres meses de confinamiento para planchar. Puedo hacer cosas mucho más interesantes. Por ejemplo, hoy he cogido pan duro, lo he troceado y lo he puesto por el balcón por si los gorriones o las palomas lo quieren.

Uno dijo...

ESTI siempre supe que tu fondo de armario debía de ser impresionante. Fíjate que bien te viene ahora para lo de la plancha. Qué envidia me dais los que en un pis pas preparais una comida.

carlos dijo...

Estoy convencido, nadie plancha mejor que una buena percha.
Cuidado con las planchas, las carga el diablo.
Las sabanas secan mejor en la cuerda del cuarto de baño.
Ignoro si la arruga sigue siendo bella, pero consuela pensarlo cada mañana.
Un abrazo.
¿19 ya? Hubiéramos debido atracar un banco, total la sentencia sería la misma.

Uno dijo...

CARLOS, tu si que me entiendes. La cuestión no es entregarse docilmente a la plancha sino investigar en el secado: tensión y tipo de cuerda, localización de la misma. Tipo de pinza, posicionamiento, perchas... Un sinfin de decisiones previas a tomar que minimicen la humillante dependencia de la plancha.
Buena idea lo del banco pero claro eso es para el tio Sabido, que dicen en mi pueblo. Aupa!