13 de diciembre de 2013

Contando barcos


Ahora es cuando llego al Bósforo y me pongo literario
En realidad cuento los barcos que pasan Bósforo arriba y abajo desde que tengo uso de razón. He contado petroleros rumanos, cruceros soviéticos, pequeños pesqueros que venían de Trabzon, barcos de pasajeros búlgaros, los de las líneas marítimas que van al Mar Negro, buques de observación meteorológica soviéticos, elegantes transatlánticos italianos, transportes de carbón, barcos de cabotaje registrados en Varna, cargueros despintados, descuidados y oxidados, barcos infectos y oscuros de bandera y país de procedencia indeterminados. Pero no lo cuento todo: ignoro los botes a motor que cruzan de una orilla del Bósforo a la otra a funcionarios que van a trabajar y a mujeres que vuelven del mercado llevando bolsas ni los transbordadores de las Líneas Urbanas que llevan absortos y tristes pasajeros que fuman y toman té de un rincón a otro de Estambul, porque para mi, como para mi padre, son elementos tan inseparables de mi vida como los muebles de la casa. 
(Orhan Pamuk. Estambul)







9 comentarios:

carlos dijo...

Me gusta un montón la quinta foto con ese gran barco que se aleja libre mientras se interna en el Bósforo o se dirige hacía puerto a llenar sus bodegas. Parece que sigue su destino con total seguridad.

Ronronia Adramelek dijo...

Estuve allí un diciembre. Acababan de caer las torres gemelas y no había más turistas que nosotros, la gente tenía miedo a ir a un "país árabe" (aunque Turquía no lo es, como te dirá prontamente cualquier turco al que le preguntes). Nevó copiosamente, tengo fotos bajando del barco en las que casi no se me ve porque toda la imagen está llena de copos gordos, gordos. Así que vi Estambul pero no lo vi porque esos días fueron una rareza: era Bairam y no había casi comercios abiertos, el Gran Bazar estaba tan vacío que mientras paseábamos por él ningún comerciante nos ofreció nada y los coches, desacostumbrados a las condiciones del pavimento, se pegaban trompazos contra las esquinas. Algún día volveré a disfrutarlo en condiciones más "normales".

Uno dijo...

CARLOS, me alegro que te guste. Los barcos siempre cuentan historias y a mi me gustan las fotos que tienen una historia detrás.

RONRONIA, mi primer viaje a Estambul fué parecido al tuyo. No paró de nevar y yo no iba preparado para eso. Me recuerdo secándome los únicos zapatos con el secador de pelo en el hotel cada vez que pasaba por allí. Así que no pude brujulear por las calles que es lo que me gusta. He tardado demasiado en volver. Me encanta.
Pamuk habla en su libro de las nevadas en Estambul (en su infancia) y yo he visto en esta ocasión muchas fotos antíguas de Estambul nevado. Quizá no es tan extraño como tu y yo lo vimos. Desde luego no estaba en mi Idea soñada de la ciudad.


ABRAZOS


Melvin dijo...

Ver los barcos alejándose es una invitación a la reflexión... Es como sí se paralizara el tiempo y durante unos instantes se disparan las preguntas...dónde irá? Quién viaja en él? De dónde viene?... Ver tus fotos es también una invitación para el viaje, para el sueño... Besotes.

Uno dijo...

MELVIN, muchas gracias. Los barcos disparan mi imaginación. Veo intrigas, espionaje, separaciones, turbios negocios, hombres de una pieza, mujeres enigmáticas, huidas, escapadas... Aventuras.

Un abrazo

Ant dijo...

sí, sí que invita a la reflexión, para quien quiere reflexionar bien está. Yo prefiero pensar que hablan de que hay otros lugares donde la gente tampoco parece demasiado feliz jajajajajaja no sé.

Me encantan las fotos y lo que cuentas.

Amenazo con volver.

¿Alguna vez te habían dejado por una hoja de cálculo?

besos

Uno dijo...

ANT, muchas gracias.
Las calculadoras siempre han sido las rivales mas peligrosas. Las tengo a raya.
Un abrazo

loquemeahorro dijo...

Cómo no te vas a poner literario con estas fotos tan melancólicas!

Uno dijo...

LOQUE, también el texto de Pamuk, creo yo, rezuma melancolía.