3 de diciembre de 2013

El rey de Cukurcuma

 
Estambul está llena de gatos.
Es tal la competencia, que los gatos estambulís, lejos de ser esquivos, aprietan su cuerpo contra el tuyo buscando tu atención allí donde te los encuentras.
Este no. Este dedicado como estaba a lo suyo, me ignoró. Pero es que en esta calle Cukurcuma y sus alrededores, a donde fuí a parar en busca de anticuarios, es todo un poco especial. Te dejo algunas fotos.



7 comentarios:

Santy Trombone dijo...

Con ese sofá a su entera disposición es normal que el felino estuviese a lo suyo, yo también lo estaría... Bonitas fotos.

loquemeahorro dijo...

Señor gato del sofá: perdone usted que lo estemos mirando en un momento tan íntimo, a la par que higiénico.


pd. ¡Menudo barrio!

U-topia dijo...

Uy! Qué barrio tan peculiar.

¿Encontraste algo que te gustara?

Un abrazo.

carlos dijo...

Es todo tan especial, que parece un lugar de imposible convivencia. Traes un magnífico retrato de la ruina que se puede encontrar más allá de la decadencia de un imperio. Me pregunto: ¿Como será N.Y. dentro de cien años?

Esti dijo...

Qué maravilla. Casitas monas y montones de gatos. En mis próximas vacaciones, ¡me voy a Estambul!

El Deme dijo...

A nada que te lo propongas, en cualquier ciudad europea encuentras un gato cruzando la calle. Pero ¡ay amiguitos!, donde hay gato hay ratas... Uno nunca fotografía ratas de ciudades europeas, y eso sería un crack total.

Uno dijo...

CALAMARIN, estuve un rato esperando a que reparara en mi y adoptara una postura mas digna pero el cuidado de aquellito parecía no tener fin.

LOQUE, muy limpio, muy limpio pero muy poco considerado, diría yo.

LAURA, la verdad es que me gustó tanto el entorno que anduve recorriendo el barrio y me olvidé de las antigüedades.

CARLOS, ¿Nueva York? Con suerte como en el Planeta de los Simios.

ESTI, hay mas Estambules que gatos. Seguro que encuentras uno que te guste.

DEME, Uno ve una rata y se le paraliza el cuerpo. Las he visto por todo el mundo y una vez estuve a punto de fotografiar una pensando que era una ardilla. Cuando la enfoqué volví a quedarme petrificado.

ABRAZOS PARA TODOS